viernes, 4 de diciembre de 2015

Avances en neurorradiología intervencionista

Introducción
La neurorradiología intervencionista es una de las subespecialidades médicas que más rápidamente ha evolucionado merced a los incesantes avances tecnológicos que le han conferido un papel de creciente relevancia en la patología vascular del sistema nervioso central. En el presente artículo, se describen dichos avances tecnológicos y se revisa la evidencia científica disponible en patología arteriosclerótica extracraneal e intracraneal, en el contexto del ictus isquémico agudo, en el tratamiento de aneurismas cerebrales, malformaciones arteriovenosas y fistulas durales cerebrales y se analizan las innovaciones en el equipamiento neuroangiográfico y conceptos de radioprotección en relación a los mismos.



Estenosis intracraneales
Aunque representan una causa menos frecuente de ictus, las estenosis intracraneales son responsables de entre el 8–10% de los ictus isquémicos iniciales16. Recientemente se han completado estudios que definen la historia natural de la enfermedad en pacientes bajo tratamiento médico, y ha quedado establecido que ciertos grupos de pacientes con estenosis intracraneales sintomáticas presentan un elevado riesgo de ictus recurrente o muerte17,18,19. El estudio WASID18detectó tres grupos con alto riesgo de sufrir ictus en el territorio del vaso sintomático confirmado por un estudio multivariante ajustado por género, edad y raza. Los pacientes con estenosis mayor o igual al 70% tenían un riesgo anual de ictus ipsilateral del 19%, significativamente superior a los portadores de estenosis entre el 50–69% que era del 6%. Pacientes con síntomas recientes (menos de 17 días de evolución hasta el momento de su inclusión en el estudio) presentaban un riesgo anual de ictus ipsilateral del 15% en comparación con los pacientes con síntomas no recientes (más de 17 días de evolución) cuyo riesgo anual era del 8%. El género femenino presentaba un riesgo bienal de ictus del 19% comparado con el masculino del 11%. El estudio GESICA19 detectó que en el caso de las estenosis hemodinámicamente significativas (aquellas cuyos síntomas aparecían tras un cambio postural de supino a prono, durante los esfuerzos o al intensificar la medicación antihipertensiva) el riesgo bienal de sufrir ictus establecido o ataque isquémico transitorio (AIT) fue del 60,7%.
En la actualidad existen dos ensayos clínicos en marcha. El estudio SAMMPRIS28 (Stenting versus Aggressive Medical Management for Preventing Recurrent stroke in Intracranial Stenosis) patrocinado por el NIH de EE.UU., comparará en stent Wingspan con el tratamiento médico intensivo en pacientes con estenosis intracraneales sintomáticas superiores al 70%. El estudio VISSIT (Vitesse Intracranial Stent Study for Ischemic Therapy) patrocinado por la compañía Micrus Endovascular, pretende comparar la eficacia del tratamiento con su stent Pharos Vitesse, con el tratamiento médico en pacientes con estenosis sintomáticas de alto grado29.
Aneurismas cerebrales
El tratamiento endovascular de los aneurismas cerebrales ha experimentado un crecimiento exponencial desde la introducción de las espirales electrolargables de Guglielmi (Guglielmi Detachable Coils, GDC) en 1995. Los avances en neurorradiología intervencionista desde esa fecha han dado lugar al perfeccionamiento de la tecnología de microcatéteres y microguías, acompañados de sustanciales mejoras en el equipamiento angiográfico necesario para la realización de esta técnicas. Como resultado de todo ello, la terapia endovascular de los aneurismas cerebrales ha progresado desde una alternativa marginal a la cirugía en casos no tratables mediante clipado, hasta convertirse en un tratamiento de primera línea. Desde la publicación del estudio ISAT51 existe evidencia científica de nivel i que indica la superioridad del tratamiento endovascular sobre el quirúrgico en aneurismas rotos que se consideran tratables por ambos métodos. Sin embargo, de este ensayo clínico y de las grandes series de casos publicadas, se desprende que el principal inconveniente de la embolización es su inestabilidad a largo plazo, lo que podría redundar en una insuficiente protección contra el resangrado. Los datos de seguimiento del ISAT52 así como de grandes estudios de cohortes como el estudio CARAT53 muestran que, aunque superior al de la cirugía, la tasa de resangrado tras el tratamiento endovascular a medio plazo, es extremadamente baja como para contrarrestar el beneficio inicial de menor morbimortalidad con respecto al de la cirugía. De los datos del estudio CARAT se desprende que el principal factor predictor del resangrado tras la embolización, es el grado inicial de obliteración del aneurisma. Recientemente se han publicado análisis ulteriores de los datos del estudio ISAT, que indican que la edad de presentación de la hemorragia es un factor clave para determinar la superioridad de la embolización sobre la cirugía: en los pacientes menores de 40 años los beneficios iniciales del tratamiento endovascular tienen más probabilidad de ser contrarrestados por su mayor tasa de resangrado diferida con respecto a la cirugía54, mientras que en pacientes de edad avanzada la embolización es claramente superior a la cirugía, especialmente en localizaciones aneurismáticas diferentes a la arteria cerebral media55. Asimismo, del estudio ISAT se desprende que no existen diferencias significativas en los costes asociados al tratamiento endovascular con respecto al quirúrgico a 12 o 24 meses56.
Los esfuerzos de innovación tecnológica en el tratamiento endovascular de los aneurismas se han centrado en incrementar su estabilidad a largo plazo así como en extender el tratamiento a anatomías desfavorables. El desarrollo de coils de morfología compleja persigue una mejor adaptación a la anatomía particular del aneurisma con el objetivo de conseguir un mayor volumen de empaquetamiento del aneurisma, lo que se considera asociado a una mayor estabilidad del tratamiento. De los múltiples modelos disponibles por diferentes fabricantes, los Trufill DCS Orbit Coils (Cordis Neurovascular) parecen conseguir mayores densidades de empaquetamiento, aunque con ninguno de ellos se han demostrado menores tasas de recanalización hasta el momento57. Los coils bioactivos recubiertos de copolímero reabsorbible de acido poliglicólico y poliláctico (PGLA) persiguen promover la organización del trombo intraaneurismático con tejido fibrocelular para mejorar la estabilidad del tratamiento. Este concepto ha sido implementado en modelos de coils de diferentes fabricantes: Matrix (Boston Scientifics), Cerecyte (Micrus Endovascular) y Nexus (Ev3 Neurovascular). Ninguno de ellos ha demostrado su efecto beneficioso en grandes series de casos, ni en registros prospectivos hasta el momento57. Existen dos ensayos clínicos en marcha, patrocinados por la industria, el Cerecyte Coil Trial y el Matrix and Platinum Science Trial (MAPS), que en el futuro próximo proporcionarán mayor evidencia científica al respecto.
El uso de stents como tratamiento primario (sin embolización con coils) mediante la desviación del flujo para la reconstrucción del vaso portador, supone un nuevo concepto en el tratamiento de los aneurismas cerebrales, recientemente introducido con el desarrollo de dos nuevos dispositivos: el stent Pipeline (Ev3 Neurovascular) y el stent Silk (Balt Extrusion). Los resultados preliminares publicados con el stent Pipeline son prometedores62.
Se han desarrollado métodos alternativos para la exclusión de los aneurismas cerebrales, como el relleno intrasacular con liquido embolizante Onyx 500 HD (Ev3 Neurovascular). El estudio prospectivo multicéntrico CAMEO, realizado en 20 centros europeo ha mostrado buenos resultados en pacientes seleccionados no candidatos a tratamiento con coils o con un tratamiento previo fallido. Sus tasas de morbimortalidad periprocedimiento son comparables a las del tratamiento endovascular convencional en este subgrupo de pacientes63, sin embargo se necesitarán estudios adicionales para la mejor evaluación de esta técnica.
Gracias a la incorporación de estas nuevas tecnologías, la variedad de aneurismas que pueden ser subsidiarios de tratamiento endovascular es mucho mayor que en la era inicial de los coils GDC; sin embargo ninguna de ellas ha demostrado de forma concluyente su superioridad sobre las demás. Este hecho remarca la necesidad de ensayos clínicos que soporten la elección de una u otra tecnología sobre bases científicas sólidas.



Malformaciones arteriovenosas cerebrales y fístulas durales
La elección entre las diferentes opciones terapéuticas (cirugía, radiocirugía, embolización, tratamiento conservador) en las malformaciones arteriovenosas cerebrales continúa siendo una difícil decisión en muchos casos debido a la ausencia de estudios comparativos o ensayos clínicos. Se disponen de nuevos datos desde la introducción del líquido embolizante Onyx (Ev3 Neurovascular) en la embolización de malformaciones arteriovenosas cerebrales y fístulas durales. En el caso de las fístulas durales, la introducción de Onyx ha supuesto un incremento de las tasas de curación completa con mínima repercusión en términos de morbimortalidad mayor64,65. En el caso de las malformaciones arteriovenosas el objetivo de obliteración total con Onyx solo se consigue en el 2–28% de los casos, con unas tasas de morbimortalidad mayor del 3–11%. Estas tasas de curación son superiores a las publicadas para otros agentes embolizantes aunque con porcentajes superiores de morbimortalidad66,67. El ensayo clínico ARUBA68, actualmente en fase de reclutamiento de pacientes, compara el tratamiento conservador con el tratamiento activo, incluyendo cirugía, radiocirugía y tratamiento endovascular. Se espera una amplia repercusión de sus resultados, pero estos no estarán disponibles en varios años.



Equipamiento y radioprotección
La introducción de nuevos equipos angiográficos dotados de detectores planos permite generar imágenes similares a las de tomografía computarizada con las que es posible detectar complicaciones hemorrágicas durante los procedimientos neurointervencionistas, así como el desarrollo de hidrocefalia aguda, valorar detalles de las estructuras vasculares en relación al tejido cerebral circundante o visualizar endoprótesis con imágenes de alta resolución69(figura 3). El rápido incremento de procedimientos endovasculares con tiempos elevados de fluoroscopia como en el caso de las embolizaciones con Onyx ha generado interés sobre el cálculo de dosis de radiación con el objeto de disminuir el riesgo de lesiones cutáneas y en el cristalino70. Estudios dosimétricos revelan que durante procedimientos neurointervencionistas pueden administrarse dosis media de 1,5Gy, lo que podría incrementar el riesgo de carcinogénesis en forma de gliomas, meningiomas o neurinomas71.

Imagen tridimensional obtenida mediante angiografía rotacional que muestra endoprótesis intracraneales Leo-Plus y Pipeline con alta resolución.
Figura 3. Imagen tridimensional obtenida mediante angiografía rotacional que muestra endoprótesis intracraneales Leo-Plus y Pipeline con alta resolución.









Conclusión
La neurorradiología intervencionista juega un papel creciente en el diagnóstico y tratamiento de la patología vascular de sistema nervioso central. Los avances tecnológicos se están sucediendo con tal rapidez que dificultan su evaluación sistemática mediante ensayos clínicos, aunque este tipo de estudios son imprescindibles para establecer el papel definitivo de esta especialidad fundamentado sobre bases científicas sólidas. La adecuada cualificación de los profesionales dedicados a la neurorradiología intervencionista, mediante programas de acreditación y de formación reglados es necesaria para la aplicación de los avances tecnológicos con niveles máximos de seguridad y eficacia.


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